Destaca sobre todo su efecto de rejuvenecimiento facial, puesto que su aplicación contribuye a la hidratación natural de la piel. Una de las propiedades más importantes del ácido hialurónico es la capacidad para atraer y retener el agua, reduciendo la pérdida de hidratación transepidérmica. Por eso, su uso favorece la elasticidad cutánea y, al mismo tiempo, esto permite prevenir la aparición de la flacidez o las marcas de la edad.
Igualmente, el ácido hialurónico tiene otros usos estéticos, como:
- –Recuperar los volúmenes que se pierden con la edad, sobre todo en la zona de los pómulos
- –Atenuar las arrugas o las líneas profundas de expresión
- Tratar la sujeción de estructuras faciales
- –Rellenar las ojeras
- –Aumentar los labios y perfilarlos para aportarles un aspecto más hidratado
- –Rinomodelación, que permite elevar la punta de la nariz y corregir ciertas imperfecciones, aportando un mayor equilibrio al rostro